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El Caldero de la Bruja

¡VAYA SEMANITA!

Llevaba mucho tiempo sin escribir, pero con esto de los virus no está la cosa para bromas. Cierto es que hasta ahora he tenido suerte, hasta la pasada semana. Estaba escribiendo y por dos o tres veces se me apagó el ordenador. En principio se lo achaqué a la tormenta (en este pueblo cada vez que sopla una brisa veraniega se va la luz) y aunque me enfadé bastante no le di más importancia. Hasta que al día siguiente me enteré de que uno de los síntomas del Sasser era que el ordenador se apagaba e iba más lento.
Me pasé los dos días siguientes intentando bajarme antivirus gratuitos, pero no había manera, porque las páginas no funcionaban debidamente. Al final conseguí pasar uno, pero como no estaba muy segura, decidí estar unos días sin conectarme hasta que pasara todo esto. En lugar de dedicarme a la informática me dediqué al inglés, que lo tengo muy olvidado. Como aquí no lo habla nadie.
Lo que más me fastidia es haber perdido la oportunidad de comentar toda la actualidad de los últimos días. Y es que vaya semanita que nos han dado los políticos, los de este país y los de otros. Y eso sin olvidar las muertes violentas de mujeres a manos de sus parejas, la invasión de Irak o el conflicto entre palestinos e israelíes.
Al menos nos queda la buena noticia de que han detenido al presunto creador del Sasser. Hay que fastidiarse con el mocoso, todo para impresionar a su mamá. ¡Y qué culpa tenemos los usuarios de ordenadores de que su mamá no le haga caso! ¡Qué se hubiera teñido el pelo de rosa fosforito! Así al menos sólo le hubiera afectado a él.
Jamás entenderé a este tipo de gente, ni a los que crean virus para fastidiar (o sacar rendimiento económico, que de todo hay), ni a los que matan a sus parejas por celos o por incapacidad mental para aceptar que hombres y mujeres somos iguales, ni a los que mandan a un montón de jovencitos con más instinto asesino que cerebro para que invadan países. En este caso, el rendimiento económico se da por supuesto, los problemas parecen que les pillan como por sorpresa. En cualquier caso, espero seguir sin entenderles durante mucho tiempo. A ver si con un poco de suerte se acaban extinguiendo.

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