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El Caldero de la Bruja

MADRID 2012

Pues si uno de los requisitos que se tienen que cumplir para convertirse en ciudad olímpica es el apoyo popular, aquí va el mío.
Me parece genial que Madrid haya superado el corte del COI para ser sede de los Juegos Olímpicos, aunque sólo sea el primero. Todavía queda un año para conocer la decisión definitiva y hasta entonces habrá que trabajar duro en los dos aspectos que han tenido menos puntuación: la seguridad y el alojamiento.
Es evidente que la boda real del próximo sábado supondrá un examen de primera categoría para las fuerzas de seguridad de la capital de España y de todo el país. No en vano acudirán miembros de Casas Reales y Jefes de Estado de todo el planeta. Y si la propia boda era una razón más que suficiente para desear que no pasara nada, la candidatura de Madrid como sede olímpica es un motivo más para desear que todo salga a pedir de boca. Entre otras razones, porque ninguna de las otras candidatas puede aspirar a un escaparate semejante, que, no lo dudéis, va a ser observado por los miembros del COI con suma atención.
Sin embargo, la candidatura de Madrid supone mucho más. Para empezar, una esperanza. Después de los terribles atentados del 11 de marzo la capital de España se merecía algo así. Han trabajado mucho para conseguir superar este corte, de hecho es la primera ciudad española en conseguirlo tras Barcelona, y se lo han ganado a pulso. Y aunque la seguridad sea uno de los puntos flojos, también hay que reconocer que la respuesta de los madrileños a los atentados fue una muestra de civismo y solidaridad pocas veces vista. Y eso también debería ser tenido en cuenta.
Por no hablar de los Europeos de Natación, cuya impecable organización sólo se vio oscurecida por el tiempo. Y por la prensa, que los ninguneó como suele hacer habitualmente con todo aquello que no sea fútbol.
En cualquier caso, y a pesar de que tiene unas rivales de mucho peso: París, Moscú, Londres y Nueva York estoy convencida de que no sólo estamos preparados para competir con ellos, sino para organizar unos Juegos Olímpicos a la altura de los celebrados en Barcelona. Especialmente si vencemos de una vez esa tendencia a creernos menos que nadie, porque no lo somos.
Así que, manos a la obra, que en julio del 2005 tenemos nuevo examen y todavía queda mucho por hacer.

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