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El Caldero de la Bruja

BASURA DE CORAZÓN

Hace unos días, haciendo zapping, me encontré por casualidad con uno de esos programas del corazón de los que tanto se habla últimamente. No sé ni que programa era ni en que cadena porque simplemente no los veo. De hecho, para mí hasta hace poco ni siquiera existían y siguen sin hacerlo. El caso es que allí estaban un grupo de personas, ignoro si tienen el título de periodista o no, discutiendo apasionadamente sobre la vida sentimental de Eugenia Martínez de Irujo. Ya sabéis, la mujer que ha encontrado la vacuna contra el sida y además ha tenido tiempo de traerse media docena de medallas de Atenas. No, espera, en realidad es la hija de una señora cuyo único mérito es ser descendiente de un importante militar español. Un personaje imprescindible para los españoles, vamos.
La cuestión es que allí estaban, a grito pelado decidiendo si la tipa esta había roto con su marido o no o si éste a su vez tenía novia y desde cuando. Realmente edificante. Tanto que estuve a punto de coger mi estupendo título de Licenciada en Comunicación Audiovisual y usarlo para encender la chimenea. Menos mal que hacía demasiado calor.
Y es que no entiendo como alguien se puede tirar cuatro años, o cinco, estudiando una carrera para luego dedicar su tiempo a hablar de personas a las que dentro de diez años nadie dedicara una sola línea en los libros de historia. Personas cuyo único mérito en la vida es existir. Bueno, eso y conseguir crear un mercado a su alrededor capaz de mover millones sin que realmente aporten nada a la sociedad. Salvo quizá un poquito más de estupidez.
Debo reconocer que a mí personalmente no me interesa la vida sentimental de ningún famoso, haga o no algo. Vamos, que de cantantes, actores, presentadores o periodistas me interesa su trabajo. Como mucho, me preocupo por si tienen problemas de salud y como afectará esto a su próximo disco, película o programa, dependiendo de cual sea su profesión. Por lo demás, no me interesan en absoluto. Así que no entiendo porqué a la gente le importan personas que no hacen absolutamente nada, como no sea vivir del cuento.
Vergüenza me daría a mí dedicarme a hablar de las vidas de semejantes personajillos. Hay personas que consideran que ejercer la prostitución es vergonzoso, pues a mí me lo parece más desperdiciar los estudios de periodismo en programas del corazón. En el fondo todo esto no es más que una forma más de comerciar con vidas humanas, con más o menos dinero de por medio o con más o menos sexo, pero no se diferencia mucho de ponerse en una esquina a esperar clientes. Al fin y al cabo, las prostitutas comercian con su cuerpo, no con su intimidad o sus sentimientos. Y mucho menos con los de otros.
Si realmente esos programas tienen tanta audiencia como nos quieren hacer creer, lo de este país es realmente de juzgado de guardia. O de psiquiatra.¡Qué lástima!

2 comentarios

marta -

No te creas, por lo que he podido leer por ahí, los hay que disfrutan hablando del corazón, que les parece un mundo muy interesante. Yo personalmente, prefiero seguir trabajando de cartera. Me gusta mirarme al espejo cuando me peino y esas cosas.

rocío -

Me imagino que la mayoría de los periodistas del corazón (me refiero a periodistas de verdad, no a ex concursantes de gran hermano o ex mujeres de famosos que se meten a tertulianos) no habrán caído ahí por gusto, yo cuando estudiaba la carrera no me imaginaba escribiendo reportajes sobre agricultores que consiguen plantas tomateras de tres metros, y aquí me tienes...Pero vas tragando con la esperanza de que te ayude a conseguir algo mejor.
Aunque yo creo que con dos días que pasara persiguiendo a jesulín micro en mano llegaría para mandar al cuerno 25 años de vocación periodística y mandarme de cabeza a las primeras oposiciones que se convocaran...