CAMBIOS
Han empezado rápido, hay que reconocerlo. Al día siguiente de la toma de posesión el presidente Zapatero ya anunciaba el regreso de las tropas. Y a partir de ahí todo lo demás ha parecido venir rodado. No ha habido día en que no viniera en el periódico alguna toma de posesión de alguno de los nuevos cargos del recién estrenado Gobierno socialista.
Y entre los más esperados parecía estar el de la dirección de RTVE. Al fin y al cabo también era una de las promesas de Zapatero: conseguir, por fin, la tan anhelada independencia de la televisión pública respecto al Gobierno. De momento eso es algo que tendrá que verse, aunque la salida de Urdaci, no deja de ser un buen síntoma. A pesar de que haya sido el equipo anterior el que haya cesado al ya ex-director de los servicios informativos de TVE, quizá porque todo el mundo sabía que sería la primera medida de la nueva directora. Lo que sí ha hecho Carmen Caffarel ha sido retirar el recurso que su antecesor interpuso contra la sentencia que condenó a Urdaci por manipulación informativa. Al fin y al cabo, hasta en la Unión Europea han criticado la burda manipulación ejercida durante el Gobierno del PP en la televisión pública española.
Pero ha habido más decisiones. Entre ellas, nombrar a los nuevos directivos del Ente público. Y hay que reconocer que así a bote pronto la cosa no pinta nada mal, especialmente de cara al público más joven. Encontrarse de repente a Lorenzo Milá presentando la segunda edición del Telediario va a ser un cambio, un gran cambio. Tanto que hasta yo me estoy planteando volver a ver La Primera, cadena que ahora mismo ni siquiera constituye una alternativa cuando me pongo a ver la tele o a mirar la programación.
Si a eso unimos que en junio se acaba el contrato de José Luis Moreno y su Noche de Fiesta y que Juan Menor, el nuevo director de TVE es el artífice de un programa como Memoria de España, la cosa parece que marcha. Y eso sin olvidar que el actual director y presentador del informativo más joven de la televisión, Fran Llorente, se ha convertido en el nuevo director de informativos.
Desde luego hay que reconocer que algo está cambiando en este país y que, de momento, esos cambios parecen agradables. Esperemos que duren.
Y entre los más esperados parecía estar el de la dirección de RTVE. Al fin y al cabo también era una de las promesas de Zapatero: conseguir, por fin, la tan anhelada independencia de la televisión pública respecto al Gobierno. De momento eso es algo que tendrá que verse, aunque la salida de Urdaci, no deja de ser un buen síntoma. A pesar de que haya sido el equipo anterior el que haya cesado al ya ex-director de los servicios informativos de TVE, quizá porque todo el mundo sabía que sería la primera medida de la nueva directora. Lo que sí ha hecho Carmen Caffarel ha sido retirar el recurso que su antecesor interpuso contra la sentencia que condenó a Urdaci por manipulación informativa. Al fin y al cabo, hasta en la Unión Europea han criticado la burda manipulación ejercida durante el Gobierno del PP en la televisión pública española.
Pero ha habido más decisiones. Entre ellas, nombrar a los nuevos directivos del Ente público. Y hay que reconocer que así a bote pronto la cosa no pinta nada mal, especialmente de cara al público más joven. Encontrarse de repente a Lorenzo Milá presentando la segunda edición del Telediario va a ser un cambio, un gran cambio. Tanto que hasta yo me estoy planteando volver a ver La Primera, cadena que ahora mismo ni siquiera constituye una alternativa cuando me pongo a ver la tele o a mirar la programación.
Si a eso unimos que en junio se acaba el contrato de José Luis Moreno y su Noche de Fiesta y que Juan Menor, el nuevo director de TVE es el artífice de un programa como Memoria de España, la cosa parece que marcha. Y eso sin olvidar que el actual director y presentador del informativo más joven de la televisión, Fran Llorente, se ha convertido en el nuevo director de informativos.
Desde luego hay que reconocer que algo está cambiando en este país y que, de momento, esos cambios parecen agradables. Esperemos que duren.
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