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El Caldero de la Bruja

DEPORTISTAS DESCONOCIDOS

Ya se han inaugurado los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, de hecho ya estamos en el segundo día de competiciones. Y de momento los españoles nos mantenemos al margen del medallero. Esperemos que no por mucho tiempo.
Hasta ahora parece que nos persigue una especie de gafe. Todos los deportes que en estos dos primeros días aspiraban a medalla, se han quedado con las ganas. No sé, es como si cada vez que los periodistas españoles empezaran a hablar de uno de nuestro desconocidos deportistas con aspiraciones a medallas, ¡chas! el deportista se cae, o comete un fallo tonto o un error de los árbitros le da la victoria al contrario. El caso es que en estos dos días parece que todo son desilusiones.
Lo curioso de asunto es que hasta hace apenas unas semanas ninguno de nosotros había oído hablar de la mayoría de los deportistas que desfilaron por el estadio olímpico en la ceremonia de inauguración, que por cierto, fue preciosa. Allí estaban todos saludando, sonriendo, con cámaras y móviles en mano y yo creo que salvo sus familiares el resto de nosotros no sabíamos quienes eran la mayor parte de ellos. Y eso es francamente triste.
La mayoría de ellos llevan años preparándose en los centros de alto rendimiento, compitiendo en campeonatos de los que casi nadie tiene noticias porque los medios de comunicación parecen negarse a tratar todo aquello que no sea fútbol. Y, sin embargo, ahí están, compitiendo con más ilusión y más ganas que cualquiera de los futbolistas de los que oímos hablar a diario. Y generando en nosotros más ilusión y más esperanzas que los ases del balón. Y también más sentimiento de frustración y de tristeza cuando la medalla no llega. Quizá porque somos conscientes de que ellos no pretenden ser galácticos y sin embargo, todos sabemos que estar en unos Juegos Olímpicos no es algo que pueda conseguir cualquiera, que requiere mucha preparación y mucho esfuerzo y por ello la derrota sabe más amarga. Además, es muy probable que luego los periodistas se pasen más tiempo hablando de las medallas no conseguidas que del tiempo y el esfuerzo que se han dedicado a conseguirlas, de los premios ganados que han permitido optar a ellas. Incluso puede que de aquí a un mes hasta nos hayamos olvidado de los nombres de nuestros medallistas. Porque haberlos puede que aun no los haya, pero los habrá. De eso estoy segura.

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