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El Caldero de la Bruja

LOS “NUEVOS” MINISTROS

Lo reconozco, una de las mejores cosas de las elecciones, aparte del hecho de votar, son los días posteriores a los resultados. Esos días en que se sabe quien ha ganado pero en el fondo todo está en el aire, pendiente de los pactos y de las votaciones en el Congreso. Esos días en los que España tiene dos presidentes y el doble de ministros, los “en funciones” y los “electos”. Aunque en el caso de los ministros se les debería considerar como candidatos al cargo. Al menos hasta que el presidente electo lo sea realmente.
Y es precisamente el tema de los ministros lo que más me gusta. Porque mientras al candidato a presidente le hemos visto el careto durante mucho tiempo, a los candidatos a ministros los vamos conociendo poco a poco, a medida que “fuentes fiables” y “de toda credibilidad” los van dejando caer en oídos ávidos de información.
Así pasa que a veces se producen equívocos y se empieza a hacer la pelota antes de tiempo a la persona equivocada. De hecho, tal y como está planteado nuestro sistema electoral se podría dar el caso de que una minoría simple no fuera suficiente para convertir en presidente al candidato del partido ganador. Cosas de los pactos.
Sin embargo, yo por ahora me siento un poco estafada. Se supone que el PSOE ha sufrido una renovación (o eso nos dijeron) y ahí tenemos a ZP nombrando ministros a viejos conocidos. ¿Es que no hay gente nueva en este país, gente más joven dispuesta hacer las cosas bien, pero de una forma diferente?
Espero que los próximos ministros sean de verdad gente nueva, auténticos desconocidos para los ciudadanos. Más que nada porque así prestaremos un poco más de atención a la política. Porque si no, ¿cómo vamos a poner verdes a los nuevos ministros si no sabemos sus nombres? Además, así es más divertido ver a los periodistas dudando al hablar de decisiones del ministro de…, perdón, de la ministra… Con deciros que a mí todavía me suena raro oír hablar del Presidente de la Generalitat, Pascual Maragall.
Hablando en serio, creo que bastante hartos acabamos los españoles de la corrupción existente en los tiempos de Felipe González como para que Zapatero repita con ministros de aquella época. Un cambio es un cambio, a todos los niveles. La política española necesita savia nueva, gente capaz de hacer las cosas de forma diferente y, sobre todo, gente que no tenga lastres del pasado. De lo contrario este país habrá sufrido ocho años de Gobierno del PP para nada.
Así que espero que el resto de los ministros del nuevo Gobierno sean de verdad una novedad y no un “remake” de dudosos éxitos anteriores.
En cualquier caso, siempre es interesante asistir de verdad a los diferentes pasos de la democracia, no sólo a las elecciones, también a los pactos, a las propuestas, a las votaciones parlamentarias y a las designaciones. Quizá no sea tan emocionante como ir a votar, pero en el fondo eso es la democracia.
Además, siempre podrá surgir la sorpresa de que esta vez, por fin, haya algún ministro atractivo e interesante. Cuando nos aburramos de oírle (porque todos acaban por hacerlo). Siempre podremos quitarle la voz y disfrutar de la vista.

2 comentarios

marta -

Lo reconozco, yo tampoco entiendo como se puede considerar guapo a cualquiera de los políticos que ha tenido España en las últimas décadas. Bueno, ni guapos ni interesantes ni nada.
Pero quién sabe. Si hay curas, maestros, bomberos, deportistas, periodistas, fontaneros, electricistas, camareros, arquitectos, médicos...que están buenísimos, algún político habrá, supongo. Los asesores deberían pensar en ello. El físico puede ayudar mucho en esto de los votos. Como en todo.

rocío -

Yo por lo del ministro guaperas no apostaría, visto lo habido hasta la fecha...
De todas formas hay políticos que levantan pasiones, sea por la erótica del poder o por la erótica del dinero que implica tal poder (Si no quién me explica que Álvarez Cascos vaya camino del tercer matrimonio).

Al fin y al cabo, parece ser que Felipe González despertaba pasiones en sus primeros años, y más de una vez he oído a alguna señora decir que votaba a aznar por lo guapo que sale en los carteles electorales (si es que hay gustos para todo...)