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El Caldero de la Bruja

RESPETOS

Reconozco que desde que era pequeña los crucifijos me producen terror. No alcanzo a entender que haya quien decore su casa con la representación de un hombre moribundo colgado de una cruz. No lo entiendo, pero lo respeto. Igual que respeto que haya gente que cuelgue banderas de las ventanas de su casa o que ame a su tierra.
Lo que me parece irrespetable es la discriminación y los malos modos.
Carod-Rovira, de viaje oficial por Oriente Medio, nos ha deleitado estos días con unas salidas de tono más propias de un párvulo que de un diputado en viaje oficial.
No se trata sólo de la burla que ha hecho de un símbolo respetado por miles, o millones, de personas en el mundo. Es que esa burla viene precedida de su enfado porque, según él, no se respeta a la bandera catalana al excluirla de los actos a los que él debía asistir y no fue.
No simpatizo ni con la Iglesia Católica ni con Israel, pero cuando alguien exige que se respeten sus símbolos, lo mínimo que puede hacer es respetar los de los demás, sean cuales sean esos símbolos y las ideologías y creencias a las que representan. A eso se le llama educación. Y Carod-Rovira nos ha demostrado en muchas ocasiones que no sólo carece de ella, sino que no es consciente de que le falta.
No deja de ser un contrasentido que quien se molesta por la presencia de la bandera española utilice un pasaporte español para salir al extranjero.
Claro, que no se puede esperar mucho de quien negocia con asesinos para pedir que, si siguen matando, por lo menos no lo hagan a ciudadanos catalanes.

2 comentarios

marta -

Gracias chocoadicta. Ojalá todos pensáramos así, porque el mudo tendría más futuro.

chocoadicta -

Yo pienso como tú. El respeto tiene dos caminos uno de ida y otro de vuelta. No se puede exigir lo que no se da...
saludos