Blogia
El Caldero de la Bruja

LA PRIMERA SEMANA

Hoy se cumple la primera semana de los atentados de Madrid, los primeros ocho días desde aquella mañana de horror y muerte. Ocho días desde que 13 explosiones marcaran un antes y un después en nuestra historia y puede que también en la del mundo.
Después de esta primera semana vendrá el primer mes, los seis meses, el año…y seguiremos recordando. ¿Quién puede olvidar algo así? Pero la vida sigue y poco a poco se irán espaciando los recuerdos. Del primer aniversario pasaremos al lustro, a la década, los veinte años… Hasta que dentro de 47, 52 o 61 años cuando en Europa se siga conmemorando el día de las Víctimas del Terrorismo y el dolor sea patrimonio exclusivo de los que han perdido al amigo, al hermano, a la madre. Entonces, alguien, probablemente un niño, nos preguntará por el significado de ese futuro once de marzo.
Y entonces volveremos a recordar. No como se hace en los medios de comunicación, de forma aséptica, una fecha más en el calendario de efemérides. No, recordaremos con el corazón en un puño y nuestra mente se llenará de nombres: el de Patricia, la niña de siete meses de la que al principio no se sabía ni el nombre; o Laura, que no llegará a estrenar su nuevo piso; o Kalina y Andriyan, que ya no se casarán; o Mª Carmen, que no podrá dar a luz a su hijo; o John Jairo, que no volverá a celebrar la Nochevieja en Segovia; o el de Sergio, que se convirtió en portada de periódicos de todo el mundo sin haberlo querido, o cualquiera de las 201 personas a las que han arrebatado la vida, o de las miles que han sido heridas, física o psíquicamente.
Todos ellos volverán a nuestra mente y sentiremos por un instante el mismo dolor que durante estos días no nos abandona. Posiblemente una lágrima furtiva se deslizará por nuestras mejillas, compañera de las que se deslizan ahora. Y entonces, quizá con un mucho de suerte, le tendremos que explicar a ese niño lo qué es el terrorismo porque gracias a la colaboración de todos, hace mucho que lo erradicamos.
Hoy todavía estamos doloridos, hoy todavía tenemos muchas lágrimas furtivas, que se escapan mientras vemos las noticias o leemos el periódico, pero seguro que llegará algún once de marzo en el que la solidaridad y la colaboración entre los pueblos, la misma que hoy todavía está tan presente, habrá conseguido acabar con el terrorismo. Sólo por verlo merece la pena hacer el esfuerzo de seguir viviendo. Aunque duela, debemos seguir adelante y no permitir que nadie nos pare. Ése será el mejor regalo para los que no volverán, pero sobre todo para los que siguen con nosotros. Con nuestro apoyo, con nuestra solidaridad estoy segura de que más tarde o más temprano podrán ver el final del terrorismo. Y aunque nunca será lo suficientemente temprano tampoco será demasiado tarde.

0 comentarios