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El Caldero de la Bruja

LIBROS

Esta mañana he acudido a mi librería habitual para comprar, por fin, el libro que ha escrito Jon Sistiaga. Pero de nuevo me he encontrado con que no lo tenían. Y es la cuarta vez. Según me ha explicado la chica de la librería, cuando fueron ayer a buscarlo a Valladolid no lo encontraron. Al parecer es algo habitual que las dos o tres primeras ediciones de los libros de más éxito se vendan en los grandes centros comerciales. Y no es hasta que se han agotado estas ediciones cuando las editoriales recuerdan que en los pueblos y pequeñas ciudades también hay librerías. Incluso, hay que fastidiarse, hay que gente a la que le gusta leer y que compra libros.
No entiendo cómo es posible que en España se quejen tanto de que la gente no lea y luego nos pongan tantas trabas a los aficionados a la lectura para encontrar determinados libros. ¿Qué pasa, que yo tengo menos derecho a comprar libros sólo porque vivo en un pueblo? ¿Acaso no me puede gustar la lectura tanto como a alguien que vive a diez minutos de un centro comercial? Claro, que eso explica por qué en los centros comerciales es imposible encontrar obras editadas hace más de un año.
Eso por no hablar de los precios que tienen los libros, la mayoría no valen menos de 18 euros, especialmente si son de pasta dura. Un precio al alcance de todos los bolsillos.
Y por si no fuera bastante con eso, ahora la Unión Europea quiere que las bibliotecas paguen un canon a los escritores por el préstamo de sus libros. Si ya es difícil leer tal y como están las cosas, sólo falta tener que pagar por el carnet de la biblioteca. Y seguro que encima cobrarían impuesto de lujo por tenerlo. Menos mal que hay mucho lectores que se ganan la vida escribiendo libros y que son perfectamente capaces de entender que una biblioteca debe ser gratuita porque no todos los aficionados a la lectura pueden permitirse el lujo de comprar libros.
A ver cuando nos enteramos de que la lectura es cultura y de que si algo se necesita en este estropeado planeta es cultura y educación, que siempre serán más útiles que las armas.
Al menos me queda el consuelo de saber que el libro de mi admirado Jon está teniendo éxito. Algo es algo.

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